sábado, 29 de noviembre de 2014

Los viajeros de la noche

El frío vuelve a los humanos narrativos. Los reúne en torno a una hoguera o cualquier otra fuente de calor a contar historias. Propias o ajenas, estas narraciones siempre acaban hilándose con el sentido de la supervivencia. Alguna enseñanza para el joven que empieza o alguna confesión final para el viejo que se despide. Hay algo de conocimiento esencial, de sabiduría explícita en la historia que contamos a los demás o a nosotros mismos cuando llega el frío. Y no puedo desligarme de esta idea al leer la novela de Helene Wecker. Porque lejos de ser un libro al uso, la historia que nos ofrece Wecker va marcada con esas notas de oralidad propia de los cuentos. Hay elementos fantásticos, proezas increíbles, amores no correspondidos, villanos y mártires. Sí, y sin embargo no es esta una fábula para niños. Es la historia que alguien creyó oportuno guardar para justo este momento. Para que, ya de adultos, tuviésemos que mirar atrás entendiendo que aún sigue llegando el frío y aún nos queda un par de cosas por aprender. 

domingo, 26 de octubre de 2014

Conversaciones con David Foster Wallace




Conocí a David Foster Wallace en el otoño de 2005. Sin embargo, no llegamos a hablar hasta mucho tiempo después. Él publicaba en castellano Extinción y el ejecutivo exhausto y destrozado que se refugiaba en un baño público que coloniza la portada me fascinó. Yo era demasiado joven para hablar de anomia. Wallace demasiado viejo para hablar del Ello. Ya estaba todo dicho. Yo comenzaba. Y él se acercaba a desenlaces unilaterales. Fue cuando murió, ya bien enterrado, cuando empezamos entablar contacto. Siempre he tenido una tendencia insana a relaciones poco ventiladas.

Nunca hemos compartido una mesa. O un café. No lo he visto masticar tabaco. Ni él a mí tartamudear. Pero hemos coincidido en lugares. Espacios de mutuo tránsito. Referencias geográficas que no se pueden cartografiar.



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Diez de Diciembre

No, en serio. George Saunders juega en otra liga. Este tipo que dice haber llegado tarde a la literatura es una rara avis que subsiste en su propio ecosistema. Me cuesta compararlo con otra gente. Quizás con un Coupland con facilidad para los medicamentos. Quizás con un Foster Wallace con un coeficiente menor pero compensado con un sentido de la escena francamente apoteósico. No sé, todo lo que digo de este señor me sabe poco. Imaginad por un momento a todos esos teóricos definiendo qué es la literatura posmodernista. Pues bien, Saunders es el que se está acostando con sus esposas. 


Diez cuentos con moralija

O con estaño por costuras. Busca cualquier material que levante la primera capa de piel o de pintura y vierte encima tinta fresca diluida con ácido lisérgico. Es así como Saunders se saca sus cuentos de la manga. Hay más aquí de biblioterrorismo que de manual de escritura creativa. En las diez historias que nos presenta, los personajes, las situaciones y las enseñanzas tienen un doble filo que acaba cortando al menor gesto de duda. Aquí tienes que saltar con los dos pies sin saber cuán profunda es la masa de agua. Y disfruta de la zambullida. Porque es probable que para la recta final de cada cuento te quedes sin aire.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Bajo la piel

Reconozco que fue Glazer el que me presentó a Isserley. La película me hizo preguntarme por la novela y, curiosamente, la novela me ha hecho olvidar la película totalmente. A veces cuando crees que has encontrado algo, sólo estás ante la puerta hacia otro algo más auténtico, más necesario. Hay aquí una historia de ciencia ficción atípica, cuyos elementos no muestran más que las orejas y a través de las cuales uno tiene que imaginar el resto. Un 5 por ciento de extraterrestres y naves y un aplastante 95 en el que se nos pregunta cuántas veces tiene uno que romperse a sí mismo (física y emocionalmente) para estar a la altura de lo que se espera de nosotros. Sí, hay algo en la otra punta de la galaxia que se parece ligeramente a nosotros.


En mi casa no soy raro

Isserley es la protagonista indiscutible de la historia. Una mujer cuya misión es recoger autoestopistas sano y fuertes. Cada día se levanta, hace sus estiramientos, se mira al espejo sin reconocerse y sale de casa. A cazar. Excepto algún que otro contratiempo, sus recorridos por las carreteras del norte de Escocia suponen el grueso de la novela. Pero lejos de volverse monótona o previsible, la historia se enriquece desde dentro de esta extranjera. Su visión del mundo. Su amplitud de miras y la capacidad para adaptarse a sus presas convierten estos viajes en una masa compacta de vivencias extrañas. Porque cuando el desencanto de Isserley parece tocar fondo, Faber nos suelta una de sus perlas milagrosas y todo se vuelve más raro si cabe. Cada vez que el autor nos deja entrever un atisbo de la verdadera identidad de Isserley, el mundo se vuelve más opaco. La capacidad de asombro aumenta. Y la realidad se convierte en una pieza cárnica de exquisita calidad preparada para forzar a un vegano a alimentarse.

lunes, 1 de septiembre de 2014

IMM #13 - Verano 2014


El verano en la ciudad es terrible. Todo ese rebaño de ñus apropiándose de calles deshabitadas. Todos esos obreros reforzando el alquitrán para volver a dejarlo gris antes de las próximas lluvias. Todos esos turistas deslocalizados que disimulan sus quemaduras de segundo grado con un filtro de Instagram. Sí, el verano está lleno de monstruos y niños con cuadernillos de actividades. Y como no tengo conciencia del tiempo y el orden, he adquirido malos hábitos y algunos libros.

Escribo poco y duermo mucho. Confraternizar me parece terrible. Leo sólo cosas que tengan dibujos. Sufro trastornos alimenticios porque únicamente me alimento de agua. Y mi humor pasa por todas las etapas evolutivas de la raza humana. La buena noticia es que hoy es septiembre. Y empiezo a ser otra vez algo que puedo controlar. Algo que sé cómo funciona. Atrás se quedan las historias inconclusas. La sensación horrible de demasiado almidón en la ropa de cama.


Junio, Julio, Agosto y Septiembre. Aquí están mis cuatro Jinetes del Apocalipsis. Los miedos personificados en la autorreligión que me profeso. Pero será pronto cuando vuelva a saber leer. Cuando me siente con un libro sin miedo a morir abrasado. Cuando Octubre llegue y me pregunte en qué ando y yo responda con un título y un autor.

sábado, 19 de julio de 2014

Maldito Summerthon...



Nueve puntos y una cláusula 

1. Si llevas un tiempo por aquí, deberías saber que mi ritmo de lectura es extremadamente lento detallista. Intentar formar parte de un maratón de lecturas con un tiempo límite es una locura.


2. La descabellada idea original y las reglas del juego proceden de la mente perturbada de este señor y de su cámara de torturas de la cual me considero asiduo.


3. La fecha límite para cumplir la lectura de los 19 libros es el 15 de septiembre de 2014.


4. Una de las cosas que más detesto del verano es que se derrita la tinta de las páginas y la arena en los cantos de mis libros y la dificultad de leer tumbado en la playa.


5. Lo cierto es que, como se verá más abajo, he aprovechado este maratón para darle brillo a mi lista de lecturas pendientes que me autopropuse al acabar 2013.


6. Iré actualizando este post en función de mi desastroso y bonito avance apocalíptico.


7. Soy el tartamudo y miope que en las pelis de desastres nadie apuesta por él. Sí, soy el tipo ese que lleva el gato a cuestas durante toda la película.


8. Aún no he aprendido a decir "me rindo" en japonés.


9. Esto es una batalla a muerte entre el tiempo que no tengo y los libros que me quitan el sueño.


CLÁUSULA: Aunque son 19 las categorías y, por tanto, 19 los libros, nuestro magnánimo señor nos permite solapar dichas categorías dentro de una misma lectura. Así que puede que sean menos (nunca más) los libros leídos para cumplir el reto.





Diecinueve libros y una fotografía


1. Leer una continuación: La voz de los muertos, Orson Scott Card  (Saga de Ender #2)
2. Leer un clásico: La señora Dalloway, Virginia Woolf
3. Leer un libro en otro idioma: Family life, Akhil Sharma
4. Leer un libro publicado este año: La estación del sol, Shintaro Ishihara
5. Leer un libro escogido al azar: El dador, Lois Lowry (modo elegido: Random.org)
6. Leer un ‘tocho’: La Casa de Hojas, Mark Z. Danielewski
7. Leer un libro de tus autores favoritos: Después del terremoto, Haruki Murakami
8. Leer un libro de relatos: 10 de Diciembre, George Saunders
9. Leer un libro azul: Ascensión, Tom Perrotta (portada azul con zapatos de hombre)
10. Hacer una relectura: El lenguaje perdido de las grúas, David Leavitt
11. Leer un libro de la biblioteca: Siempre hemos vivido en el castillo, Shirley Jackson
12. Leer una colaboración de varios autores: La tierra larga, Stephen Baxter y Terry Pratchett
13. Leer un libro relacionado con el verano: Verano, J. M. Coetzee
14. Leer un libro que haya sido premiado: El hombre en el castillo, Philip K. Dick (Premio Hugo 1963)
15. Leer un libro de un autor nacional: Intemperie, Jesús Carrasco
16. Leer un libro de ciencia-ficción: Matadero 5, Kurt Vonnegut
17. Leer un libro que lleve mucho tiempo en tu estantería: Cuando cae la noche, Michael Cunningham
18. Leer algo que no sea una novela: Saga Vol.2, Brian K. Vaughan y Fiona Staples
19. Leer un libro de la lista ’1001 libros que leer antes de morir’: Bajo la piel, Michel Faber (libro número 931)
FOTOGRAFÍA: Subir una foto con tu libro en la playa o en la piscina con el hashtag #summerthon ...


Será un verano extremo.


domingo, 13 de julio de 2014

La joven ahogada

Hasta que la novela de Kiernan no estuvo en la calle, ya avanzado un tiempo, no tuve conciencia de la existencia de ella. Luego, cuando vi la hermosa edición que Valdemar se había trabajado, así como la historia de la creación artística a través de la psicosis y la locura, no pude más que ir en su búsqueda. Ahora, tras haber acabado la novela, puedo decir que el viaje ha sido satisfactorio pero con considerables altibajos. La magia ha sido forzada en algunos recodos y quizás eso ha resentido mi lectura, pero es innegable el talento de la autora para crear ambientes, así como una prosa hipnótica. Hay sin duda mucho que sale a flote en esta novela sumergible.

Las musas saben dónde vives

Imp ha escuchado el canto de las sirenas y el aullido del lobo. La llamada de lo salvaje resuena en su cabeza a un volumen ensordecedor. Porque Imp es la última superviviente de una larga tradición de mujeres esquizofrénicas. Una bestia agazapada que anida en su mapa genético y que se manifiesta ante los estímulos más inesperados. Sobre todo si esos estímulos tienen una naturaleza sobrenatural. Y es que Imp está obsesionada con un cuadro, La joven ahogada, que una vez vio en un museo, y con todo lo que dicha imagen esconde. Que es mucho. La sombra de una sirena y la promesa de una muerte horrenda anidan en sus fibras. La llegada de dos criaturas transformadas en auténticas mujeres hará que la batalla se desencadene: en primer lugar, Abalyn; en segunda posición y por partida doble, Eva. Las tres piezas claves de este rompecabezas en el que la imagen formada tras su resolución dista mucho de ser complaciente y lógica.

La promesa de salir a flote o de hundirse para siempre en el misterio que carece de aire y presume de profundidad. Esta es la historia de dicha dualidad amenazante. El relato de cómo todo se distorsiona dentro de nosotros para otorgarnos nuevos roles, nuevos patrones de conducta y nuevas formas de mirar a aquello que ya nos ha vencido anteriormente.


miércoles, 2 de julio de 2014

IMM #13 – Junio 2014


Empiezo desde cero. O desde doce. O empiezo por la mitad. Los comienzos son atroces. Los puntos de partida nos destrozan en el sentido más homicida. Nada hay antes de que alguien comience a hacer algo. Parir bebés, sistemas y nuevas visiones es algo que te deja sin sangre. Lo que nunca se hizo no tiene referentes en nuestro cuerpo. Por eso tanteamos con los brazos extendidos hacia donde creemos que nos dirigimos. Y tartamudeamos. Y nos perdemos, claro. Qué ingenuos. Si todo saliera bien a la primera no habría tanto miedo. Alejarse por primera vez. Follar por primera vez. Incendiarse por primera vez. Luego perdemos la humildad, las membranas, los trenes de cercanías sin ningún tipo de alarma. Luego nos decimos que no fue para tanto. Pero en secreto nuestro cuerpo lo apunta todo. Como en primero de carrera. Nuestro cuerpo no quiere volver a pasar por algo parecido sin información. Sin saber qué pudo haber salido mal. Hace un año empecé estos IMM a pesar de que me parecían una tontería. Acumulación indeseable de libros bonitos. Todo pudo haber salido mal. Y yo, que ni celebro los aniversarios de mi blog, me veo aquí hablando con alegría de todas las palabras que he ido juntando. Mías y ajenas. Y, no sé, me hace gracia. Comenzar un año más. Mi cuerpo dice que está preparado. Mis ojos pueden soportar unas cuantas portadas más. Y mis dedos se han vuelto expertos en recorrer los lomos de los libros que siempre he necesitado aun sin saberlo. Ahí va. Empiezo desde cero, pero sin sangrar.

miércoles, 11 de junio de 2014

Lolito

Admito que tuve antes conciencia de la portada de la edición patria de Lolito que de la existencia de la propia novela. Desde el minuto en el que Blackie Books soltó la imagen en las redes, no pude controlar mi impulso de apropiarme de dicho libro entendido como un objeto de exquisita belleza, no como una novela a la que hincarle el diente. Eso llegó mucho después. Y antes de que me acusen de esteta, diré que lo de dentro vale tanto como lo de fuera. Necesitaba zanjar todo ese revuelo en torno a mi hipnosis inducida por culpa del libro más bonito del mundo. Es un juicio que cualquiera pueda hacer, sin siquiera abrirlo. Y ahora, para no caer en el puro regodeo visual, diré que lo que encontré dentro, una vez superada mi fascinación, fue otro tipo de truco. Uno más macarra, más sincero, menos bonito, pero mucho más vivo que todas esas flores muertas de la portada.


viernes, 6 de junio de 2014

IMM #12 - Mayo 2014


Ahora resulta que a comprar libros y mostrárselos al mundo no se le llama IMM, sino Book Haul. Ya me costó en su momento adoptar esta extravagancia nominal y ahora, que empiezo a sentirme cómodo con todo este microuniverso terminológico, me lo cambian. Mal. Los que crecimos en un aldea carecemos de la prestancia y adaptabilidad de las buenas gentes de la gran ciudad. Por eso nunca llegué a entender del todo el alarde de poder de aquellos que, armados con brackets y gafas de pasta, marcan las tendencias del mundo blogger. Bocachapa y vizcos los llamábamos en mi aldea. Menuda fama la del falso estrabismo... Y este intento de alemán para principiantes puede significar lo que quiera que signifique. Los libros siguen llegando a casa. Las estanterías se esfuerzan un poco más. Aún me queda algo de tiempo y algo de espacio para relativizar mi problema. Y miro de reojo, como haría cualquiera estrábico, y veo mi book haul de este mes y pienso que, si me viesen ahora, en mi aldea estarían orgullosos de mí.

lunes, 19 de mayo de 2014

La chica a la orilla del mar


Aunque suelo leer manga y cómics en general, no suelo reseñarlos porque éstos tienden a tener números infinitos de capítulos. Es difícil hacerse una idea global y concluyente de una serie que lleva años sin interrupción. Hoy haré una excepción. Una excepción cómoda, debo añadir. Porque el manga del que quiero hablar cuenta con dos únicos tomos. Sin nuevos números en el horizonte haciéndome cambiar los planes. La chica a la orilla del mar es una herida abierta con forma de historia cerrada. Y bien merece toda la atención posible. ¿Qué hay aquí dentro que brille tanto? Toda la oscuridad propia de Inio Asano explicada en lengua común. Milky Way Ediciones nos ha hecho un favor a todos (y así misma) trayendo al idioma de Cervantes una historia sobrecogedora, con una edición maravillosa, asequible y que cuenta con una traducción bastante certera. Pero entrando en materia, ¿de qué va todo esto?

martes, 13 de mayo de 2014

IMM #11 - Abril 2014

Abril es un mes negro. Ni rojo. Ni verde. Ni cobrizo con vetas plateadas. Es negro. Obsidiana sembrada y florecida en treinta días y, claro, treinta noches. Los dragones dan miedo. No entiendo a qué viene tantas flores y tanto Jorge. Y si escribo bien entrado en mayo, es porque tenía que asegurarme de que el maldito abril había tocado a su fin. Y ahora puedo hablar desde la supervivencia. Como un veterano de guerra, leo a oscuras y tomo mis medicamentos. Para cuando llegue el verano volveré a ser una persona aparentemente cuerda. Pero aún falta. Lo noto en el temblor de mi mano al pasar las páginas. En la inquietud al desenvolver el papel de regalo que esconde uno de estos libros. Sí, abril es negro. Por eso parezco más delgado. Por eso puedo combinarlo con casi cualquiera de mis traumas. Libros negros para un mes nefasto. Libros muy grandes, de ahí las sombras.

martes, 1 de abril de 2014

IMM #10 - Marzo 2014


El 9 de marzo es el día del libro. No es que en dicha efeméride Pessoa descubriese la crueldad del mundo o que a Kelly Link le regalasen los cuentos completos de Lovecraft. Nada de eso. Fue el día en el que mi madre dio a luz entre sangre, sudor, lágrimas y tinta a un niño de 3 kilos y 560 páginas. Una matrona y un bibliotecario hicieron el trabajo sucio. Desencuadernar la placenta y darle la primera cachetada en la nalga con un ejemplar de El Ruido y la Furia (por eso Faulkner siempre me hace llorar). Y desde entonces ¡Mirad cómo camino! Recuerdo a mi madre poniéndome cada noche un punto de libro bajo la axila izquierda para recordar al día siguiente por dónde había dejado yo la conversación. Recuerdo a mi padre doblándome la oreja por una esquina para hacer exactamente lo mismo. Pero lo que más recuerdo son mis cumpleaños, cuando los humanos llegaban a casa con ejemplares vivos de historias escritas. Cada 9 de marzo, la tinta volvía a sus orígenes. Y los libros rugían en manada y doblaban sus rodillas inexistentes ante mí. Este 9 de marzo no ha sido una excepción, ¡mirad cómo acumulo!

jueves, 27 de marzo de 2014

Tierra desacostumbrada


Mi mejor amigo es indio. Es un tipo que se ríe de mis lecturas. La mitad no las entiende, la otra mitad no le interesa. En mis intentos por convencerle de la larga tradición de narradores provenientes de la India, he investigado qué podría llegar a interesarle. ¿El realismo mágico de Arundhati Roy? ¿Las claves políticas más reciente de su país a través de Salman Rushdie? ¿Naipaul? Y de pronto di con Jhumpa Lahiri y sus indios transoceánicos. Aquellos que dejan atrás una historia repleta de invasores y leyendas mitológicas para definirse a través de una nueva cultura con la que interactuar. Hay miedo y hay expectación. Estas son las historias triunfadoras de Lahiri. Historias que empecé buscando para él y que, finalmente, decidieron quedarse conmigo.

Krishna ya no vive solo

Estados Unidos es ese nuevo mapamundi donde todas las culturas, historias e identidades van a parar. Eso sí, trastocadas bajo el axioma irrevocable de Que lo tuyo conviva con lo nuestro aunque nadie tenga claro exactamente qué es lo nuestro. Señálame un país y te diré qué escritor de dicho origen ha contado sus andanzas en el nuevo mundo. Podríamos decir que estamos ante un nuevo género literario en expasión. Rusos, japoneses, chinos, coreanos, dominicanos, nigerianos… Todos cuentan la historia poliédrica de Estados Unidos insertando su propio idioma, sus propias costumbres, sus propios dioses. Y de esta retroalimentación han surgido un sinfín de magníficas novelas y una aproximación fácil a la difícil pregunta de quién soy yo cuando nada de lo que me rodea me pertenece.

lunes, 17 de marzo de 2014

Perdida


Lo cierto es que no pensaba ponerle ni un dedo encima a este libro. La conjunción entre best seller y novela negra me atraía tanto como un spray de pimienta sobre mi mirada casta e inocente. Sin embargo, el murmullo constante que se oía hacía meses y que aún vibra en torno a la historia de los Dunne tenía validez. Nada es lo que parece. Nada nos gusta más que creernos un prejuicio. El mundo se vuelve cognoscible ante el mínimo esfuerzo. Y no estoy seguro de que, como dice la campaña de marketing, no haya leído nada igual. Pero puedo asegurar, aunque a estas alturas mi palabra no valga mucho, que ni yo ni esta novela somos lo que un principio parecíamos ser.

Lo nuestro está perdido

Amy y Nick Dunne son un matrimonio ejemplar. Brillan, destacan, son guapos y triunfadores. Hasta que dejan de serlo. Y su maravillosa vida neoyorquina da lugar a una vida más modesta en el Medio Oeste. Lo anodino de sus nuevas vidas se trastoca cuando Amy desaparece dejando indicios claros de un asalto violento. Vale, estas cuatro líneas definen el argumento de las primeras cuarenta páginas. Y a partir de ahí todo se vuelve laberíntico, retorcido y entrópico. La impaciencia, las dobles intenciones, los conocidos y los espontáneos empiezan a mover las piezas de sitio. Los indicios se convierten en cortinas de humo. La verdad carece de importancia. Y las mentiras, como en toda buena historia de amor, cobran el tamaño de mascotas sobrealimentadas. Perdida es una novela mentirosa. Pero no por omisión, sino por ser todo lo que se espera de ella al mismo tiempo y no darte cuenta hasta mucho más tarde.

viernes, 28 de febrero de 2014

IMM #9 – Febrero 2014

Febrero siempre me ha parecido demasiado extenso. Empieza muy atrás y acaba en algún punto del futuro distante en el que las distopías acampan a sus anchas. Sé que mi percepción del tiempo tiene que ver con la sensación térmica que me provoca el frío. Relojes, termómetros, tazas calientes, mantas ardiendo. La lista de víveres que uno necesita si queda encerrado en una de estas nevadas es breve. Porque si algo me fascina del invierno es la necesidad de encontrar una fuente de calor, la que sea, que permita a los cuerpos sobrevivir, hacer llevadera la llegada de marzo. Febrero cree que sabe cómo encerrarnos. Cree conocerme. Sí, febrero es extenso y resabido, diletante y dilatado. Todos estos libros son mi pequeña venganza personal. La ofensa explicativa entre hibernación y liberación. 

miércoles, 19 de febrero de 2014

Naíf. Súper.

¿Os ha pasado alguna vez? Dejas caer el libro que estabas leyendo y abres uno que te llama desde el lugar más recóndito de la estantería. Piensas ¿ahí había un libro? y lo abres y sabes que tienes que hacerle frente a su lectura porque, por algún motivo que aún desconoces, es importante que ese libro en concreto ocupe tu tiempo. Bueno, a mí me ha pasado. Y es que este Naíf. Súper ha colapsado mi capacidad de procesar otra información que no sea la suya. Y no, no es síndrome de Estocolmo, pero debo dar las gracias por este bendito secuestro.

De pronto, no siento nada

Él ha intercambiado cualquier sentimiento por el de la ira. En un momento que no sabe identificar, sucumbió a un estado embrionario en el que las emociones aún no se han formado y por tanto no puede relacionarse con otros humanos. Él, protagonista absoluto de esta novela, deja todo lo que conlleva interactuar con otras personas y se refugia en el piso de su hermano ausente. Él, que no sabe lo que quiere, que le pesa el tiempo sobre su cabeza como una teja mal colocada, busca un anteproyecto, un pequeño esquema que le indique cómo seguir. Mientras, golpea un tablón de madera, elabora listas, le envía faxes a un amigo meteorólogo y busca desde dónde vendrá la siguiente tormenta.

sábado, 1 de febrero de 2014

IMM #8 – Enero 2014

Casi ni sabría por dónde empezar. ¿Dónde estoy? ¿Qué estoy leyendo? ¿Sobre qué escribo? Lo cierto es que podría hacer una buena recopilación de dónde no estoy. Hacer listas del tipo Mis Diez Ausencias Favoritas. Siempre cuesta adaptarse a enero. La cuesta de la que se habla tanto a veces es una caída libre. Y no estar aquí es una de las formas de poder estar en otros lugares. Lugares que no siempre puedes elegir. Sin embargo, en el camino entre este sitio y el otro, he visitado librerías, he recibido regalos encuadernados y he robado descaradamente de estanterías ajenas con el permiso sesgado de sus propietarios. Y esto que llamáis In My Mailbox vuelve a llenarse de cosas que pretendo leer o atesorar o integrar. Ya no sé qué verbo utilizar para definir mi relación con los libros.


viernes, 17 de enero de 2014

Cinco piezas de Nō moderno - Yukio Mishima


Jamás podrá comprender cuál es mi felicidad. Soy una persona que jamás ha sido querida por nadie. Ha sido así desde que era una niña. Es por eso que jamás he esperado nada. Hasta hoy he estado sola. Pero aún hay más. He llegado a pensar que si por azar alguien me quisiese, yo le detestaría. Jamás aceptaré el amor de ningún hombre… Esta es la razón por la que he comenzado a vivir una vida imaginaria. Tenía que hacer prisionero a alguien que amase con vehemencia cualquier cosa que no fuese yo. ¿Qué le parece? Tenía que ser una persona bella como ninguna otra, que viviera por mí mi amor estéril. Mientras este amor no pudiese conseguir su anhelo, su corazón sería mi corazón.


miércoles, 15 de enero de 2014

Her - Spike Jonze



El cuarto está girando porque bebí mucho. Quería emborracharme. Tener sexo. Hay algo tan sexy en esa mujer. Porque estoy solo. Tal vez sólo era que estoy solo... Quería que alguien me follase. Alguien que quisiera que le follase. Quizás esta vez hubiese sentido lleno ese agujero en mi corazón. Probablemente no... ¿Sabes? A veces siento que ya he sentido todo lo que voy a sentir jamás. Y que, de aquí en adelante, ya no voy a sentir nada nuevo. Sólo versiones más pequeñas de lo que ya he sentido.